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Las ciberislas en Opera Neón

Sorprende gratamente el aspecto visual y la forma de navegar del nuevo navegador Opera Neón.

Neon es un nuevo navegador llamado a competir contra Google Chrome, Firefox o Microsoft Edge, cuya característica principal es que se puede viajar de un sitio web a otro saltando de una burbuja o isla a otra, de una forma visual nunca antes vista.

Como se puede apreciar en la imagen de cabecera de este artículo, Neón ordena gráficamente el Ciberespacio, como he señalado en diversas ocasiones anteriormente, a través de múltiples Islas Normativas, algunas de ellas tan grandes en tamaño que pueden constituirse en verdaderos “Estados virtuales”. Un ejemplo puede ser Facebook o Twitter. Y esta representación gráfica es similar a la que vengo comentando en los distintos foros como la reciente charla TEDxValladolid.

Esta forma de representar el Ciberespacio y su navegación me lleva a reflexionar de nuevo acerca de como está formado el Ciberespacio. Es curioso observar como cuando accedo a Facebook, me someto a las normas que la propia Facebook ha redactado y no tengo más remedio que aceptarla para visitarla porque no tengo ningún poder de negociación para cambiar alguna de estas normas. Pero si accedo a Twitter, las reglas son otras diferentes.

La cuestión que plantea esta forma de aceptar las normas de uso, sin previa negociación, es que, según salto a la otra Isla (Twitter), las normas de uso pueden ser completamente diferentes. De ahí, que en Facebook por ejemplo, no se permitan las fotos pornográficas y Twitter si lo permita.

Es decir, que las reglas de juego no las tenga claras cuando navego en unos breves minutos y salto o navego de una isla a otro con tan solo hacer un click.

Y esta falta de reglas de juego claras, es decir, las normas que ordenan mi viaje y estancia en cada sitio web, me produce una gran inseguridad jurídica.

A mi entender, la seguridad jurídica es la baja probabilidad de incumplir las normas, y esta forma de navegación me produce un alto nivel de riesgo normativo ya que la probabilidad de incumplir una de estas normas es alta, pues desconozco las diversas normas que vienen a ordenar un mismo suceso con dos resultados (permitido o no permitido) diferentes.

Además, esta forma de ordenar los sucesos con trascendencia jurídica provoca una cuestión ciberética de gran calado, que las propias islas deberían considerar en un futuro cercano si no quieren verse envueltos en un grave problemas de coherencia y reputación:

Son los propios sitios web los que hacen de Ciberjuez, ya que disponen de tecnología para decidir automáticamente cuando una foto es de alto contenido erótico o pornográfica y es eliminada o no.

Esta tecnología basada en Machine Learning o Inteligencia Artificial y compuesta de complejos algoritmos matemáticos, se conforma como una autentica tecnología que tiene la capacidad de interpretar, sin intervención humana, cuando un suceso cibernético es correcto de acuerdo a sus propias normas de uso.

A mi entender, esta forma de actuar, donde es el propio sitio web el que promulga e interpreta un suceso dándole trascendencia jurídica, plantea una forma equivocada de afrontar el cumplimiento de las normas y aplicar seguridad y justicia.

La forma más correcta e inteligente, a los efectos de convivencia pacífica, es actuar con Ciberjueces automáticos o no, que sean independientes del propio promulgador de las normas.

En este sentido, los más correcto a mi forma de entenderlo, es que la creación y desarrollo de las condiciones de programación del algoritmo de esta tecnología esté compuesto por personas diferentes e independientes. Es decir, separar el poder del creador de las normas (legislativo, las Ciberislas) del poder de interpretación de las normas (judicial, alguien ajeno a ellas).

Actualmente, las mayoría de estas islas disponen de un botón Denuncia y de una tecnología desarrollada y explotada por el mismo personal (poder ejecutivo) que conforman los poderes ejecutivos. Es decir, que estas Ciberislas no separan los poderes legislativos, judicial y ejecutivo, sino todo lo contrario, estos tres poderes recaen en manos de los directivos que jerárquicamente depender del poder ejecutivo.

Siendo esto así actualmente, creo que el futuro debería pasar por formar órganos de resolución de conflictos o Cibertribunales independientes (poder judicial) para la interpretación de cibersucesos y mejorar así la convivencia y supervivencia ordenada de las distintas comunidades online.

Esta forma de actuar, que definiría como de control cibersocial parece un sistema de validación e interpretación más justo y seguro.

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Author: Álvaro Écija

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