Definir “Inteligencia” es una tarea compleja. Me atrevería a decir que para entender el concepto se necesita mucho conocimiento y sabiduría.
Sin embargo, definir “Inteligencia Artificial” es mucho más fácil, principalmente porque quien la define son los propios humanos creadores de la misma.
A estos efectos, me gustaría incluir el concepto de “Tiempo” para entender la evolución de la inteligencia biológica, pertenecientes a los seres humanos hasta llegar a la reconocida IA.
El Tiempo es un concepto que plantea diversos dilemas intelectuales ¿por qué el tiempo va solo hacia delante? ¿por qué es relativo y no absoluto? ¿tiene algo que ver con la entropía?
La Historia del Tiempo de Stephen Hawking es una obra imprescindible para empezar a entender el propio concepto del tiempo.
La mayoría de nosotros concebimos el futuro como algo impredecible y desconocido. Pero al parecer, esta percepción está cambiando, gracias a que las computadoras pueden tratar un gran volumen de información pasada y presente para predecir con un cierto grado de acierto, información sobre el futuro.
Es cierto que la vida biológica y su entorno más cercano no está basada en ceros y unos, pero la representación de la vida misma, por ejemplo a través de los datos privados, si puede ser tratada informáticamente. De ahí su importancia a la hora de regularla por parte de cada país.
La información de gran parte del Universo (materia, energía oscura o agujeros negros) es desconocida, por lo que no se debería descartar la características biológica o artificial del resto del Universo no observable por la tecnología y conocimiento actual.
A partir del tratamiento informático de esos datos privados, la intervención de la inteligencia biológica y la artificial adquieren una importancia vital. Si a ello, le unimos los datos y la información existente en el ciberespacio, la predicción de sucesos futuros se convierte en una área de conocimiento de evolución exponencial.
Por todo ello, me atrevería a decir que en los próximos años, ambas inteligencias se podrían fusionar, adentrándonos en una nueva era “Cyborg”, que transformaría primeramente los sectores sanitarios, económicos o jurídicos, para posteriormente modificar la propia convivencia humano-máquina.
Por ejemplo, la creación de máquinas autónomas (coches), robots o nanorobots farmaceúticos nos llevaría a la era donde las confrontaciones intelectuales serán discutidas con nuevas cibercapacidades desconocidas a día de hoy, pero que podrían heredar conceptos tradicionales como la ética o moral de distintas civilizaciones y conllevar nuevas reglas y normas de juego.
Parece ciencia-ficción… pero yo creo que no lo es. La mente humana tiene la capacidad de abstraerse y resolver problemas complejos con la inteligencia actual.
Ojalá tengamos la suerte, ante la carencia de información, de predecir desde hoy los hechos futuros, para ser observadores de esta nueva era en la que estamos entrando tan apasionante como desconcertante intelectualmente.
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